jueves, 12 de mayo de 2016

José Antonio Suárez Londoño



Introducción

Este portal es una espacio de información y opinión sobre la obra de arte del artista antioqueño José Antonio Suárez Londoño, artista que se caracteriza por su dibujo en miniatura y tecnicas como el dibujo, grabado, la técnica mixta sobre papel y sus peculiares sellos. El objetivo principal del blog es generar un espacio y establecer un lugar para dar a conocer la vida y obra del artista antioqueño, mediante imágenes y expresión. Para ello necesitamos publicar poco a poco lo que consideramos más importante y estimulante del arte y específicamente, de este artista. La idea del blog surgió de un ejercicio de clase de historia Colombiano tomando cada grupo un artista y presentarlo, además tenemos la oportunidad de compartir experiencias y conocimientos sobre José Antonio Suárez encontrando así un lugar donde podemos aprender y los visitantes podrán compartir información del artista y el blog.




Presentación


Nosotros somos Sebastián Ferraro y Alejandra Sánchez estudiantes de Artes visuales, ambos de últimos semestres pero cada uno con una pasión diferente la especialidad de Sebas como artista visual está orientado hacia el desempeño en campo de museografía crea espacios ambientales que se valen de elementos museales, para comunicar y explicar determinados discursos a públicos previamente identificados a partir de la creación de nuevas narrativas en espacios institucionales, así como el apoyo del diseño, planeación, realización y evaluación proyectos museográficos. Por el contrario yo Alejandra estoy enfocada a los medios audiovisuales especialmente a la fotografía dejando registros de la arquitectura de nuestra ciudad (Medellín) que ha presentado diversos cambios en la arquitectura, que dieron como resultado la elevación del comercio, el cambio social y algunos cambios culturales provenientes tanto de la evolución interna de la ciudad, como de la influencia e incluso imposición de culturas externas contextualizando mis intereses a un trabajo más urbano y social.
               s_ferraro10@hotmail.com




José Antonio Suárez Londoño

Nació en Medellín en 1995, realizo estudios de Biología durante tres años en la universidad de Antioquia. Entre 1978 y  1984, viaja a Suiza, allí realiza estudios de pregrado y posgrado en la Escuela Superior de Arte Visuales de Ginebra. Luego de terminar sus estudios en Suiza, decide regresar a su país de origen Colombia, es allí en donde empezó a crear ese imaginario artístico está caracterizado principalmente por el grabado y el do el dibujo.
El trabajo de José Antonio Suárez se distingue por su notable constancia; Suárez dibuja todos los días del año en sus libretas, las cuales le han servido de diario en las que se evidencia por medio del dibujo lo que ve, oye, lee y piensa. Otro aspecto importante de su obra es que se caracteriza por tener un formato pequeño, que se destaca por un refinamiento en el detalle convirtiendo sus dibujos en piezas precisas y de perfección.
Con un trazo fino y delicado, las obras de José Antonio obliga al lector a tener una mirada mucho más profunda y con detenimiento, para ser mejor entendidas; como si los ojos necesitaran de unas lupas para poder tener una mejor lectura de las obras, tal como lo decía la artista Beatriz Gonzáles sobre la obra de Suárez: “La lupa sacia la ansiedad que producen las cosas diminutas. La ayuda de la lupa y el microscopio se traslada de campo de la biología al del espíritu: la imaginación poética de Suárez hace ver lo que nuestro espíritu corrompido por los medios de comunicación no logra percibir”.[1]
Se dice en Antioquia, que los colombianos tenemos algo de españoles, indios y negros, y el trabajo de José Antonio también contiene algo de ello, su obra también expresa aspectos directos con la realidad, tanto política como la social del país, por otra parte el indigenismo le sirve como referencia hacia el tema de lo cotidiano, todo aquello que conforma nuestra realidad diaria.[2]                                                       





[1] CROMOS. Los dibujos del ermitaño José Antonio Suárez, miércoles 12 de diciembre de 2012.
[2] MUESTRARIO. José Antonio Suárez Londoño. Página 17.






 CRITICA

La Minuciosa locura por Héctor Abad Faciolince

EI nombre de la retrospectiva del gran dibujante antioqueño José Antonio Suárez,
Nulla dies síne linea, es el mejor resumen de lo que suelen ser la vida y la obra de un artista serio: una devoción cotidiana a su oficio.
Ni un día sin una línea es una frase que Plinio le atribuye a Apeles, un pintor griego del siglo IV a.C., de cuya obra no se conservan ní siquiera vestigios. Su caso es triste: fue considerado el mejor pintor y el mejor retratista de su tiempo, pero de él lo único que nos ha llegado es ese consejo: Nulla dies sine linea. En su brevedad, sin embargo, esta frase dicta la regla de oro de lo que debe ser el trabajo artístico: una dedicación tan completa y permanente a crear objetos visuales que produzcan gusto, como la de un místico a alabar a Dios.

Por qué pinta un artista? Por qué desde hace más de 20 años José Antonio Suárez llena cuadernos y más cuadernos de dibujos, retratos, palabras, imágenes, sellos, trazos, copias? No hay respuesta; o la respuesta es esa misma obsesión, infatigable, de hacerlo aunque no haya un porqué. "Mi vida cabe en una maleta, me dijo Suárez hace algunos días. "El trayecto de mi casa a la Sala de Exposiciones de Suramericana lo hice temblando. Si a mí se me llega a perder, si a mí me roban esta maleta, es lo mismo que si me muriera, o por lo menos lo mismo que si me mataran 30 años de vida".

Ahí cabe lodo, entre otras cosas, porque José Antonio Suárez no vende, no quiere vender, prácticamente nada. Además quién vende sus propios diarios, así estos no estén hechos de palabras si no de dibujos? Y se puede vender un cuaderno de bocetos, un cuaderno repleto de apuntes y borradores? Bocetos y borradores, sí, aunque muchos de estos borradores de Suárez Londoño estén más acabados y trabajados que muchas obras acabadas. Los instaladores endémicos, los insoportables artistas conceptuales, tan críticos con aquellos artistas que todavía pintan o dibujan, no lo podrían acusar de ser un artista comercial o decorativo. A Suárez le cuesta más desprenderse de sus dibujos que a un avaro zafarse de su plata. El caso del avaro es más curioso y patológico pues él no fabrica sus monedas; el de Suárez se justifica porque en su caso el tesoro ha sido amasado, construido día a día con sus propias manos, y además es tan íntimo como los propios recuerdos, como el resumen de la. Propia vida. La calidad y la calidez de su trabajo tienen también esta explicación: son sus intimidades, es lodo él volcado sobre un papel.

"No es que el artista sea un neurótico -dice André Maurois-; lo que pasa es que lodos serían neuróticos si no fueran artistas... La neurosis hace al artista, y el arte cura la neurosis". No es que José Antonio Suárez sea un loco, pero recorrer con los ojos la exasperante minuciosidad de su obra da una impresión de locura plasmada, o mejor aún, de locura curada en el papel. Lodo está allí como en un diario íntimo que nos sirviera como catarsis de las ideas fijas, como salvación de las propias obsesiones. Uno se pasea por las hojas interminables de Suárez, por sus innumerables trocitos de papel llenos de colores, anotaciones, imágenes y trazos, y ve los delirios, los temores, las noticias del mundo, las canciones, los triunfos, los insultos, los prejuicios, las ofensas, los odios y amores, la. Misoginia, el sexo, el sexo negado, la rabia, la esquiva alegría, el miedo a la familia., el miedo a la ciudad, el miedo a secas. Uno ve lodo eso y es como si se metiera en el caleidoscópico cerebro de otro, en esa lluvia de imágenes que debe de ser la cabeza de un pintor. Ahí está la radiografía de ese caletre, dibujado y también apuntado porque casi lodos los dibujos tienen comentario escrito. Suárez es, al mismo tiempo, retratista y calígrafo, pues su obsesión gráfica no es inferior a la, caligráfica.

De la obra del gran pintor griego, Apeles, no nos quedan más que unos cuantos nombres citados en los libros, ni una imagen. Algo parecido podría pasar y no lo quiera el diablo- con el trabajo de toda una vida de Suárez. Basta una inundación, un descuido, un incendio. A eso está expuesta toda obra humana, pero más ésta, de soporte tan frágil en papeles deleznables, y de tan pequeño formato. Para qué hacemos, entonces, las cosas los seres humanos? De qué sirve dedicar toda una vida a crear pequeñas imágenes que sorprenden, conmueven o deleitan la vista? De qué sirve filar en una hoja  una palabra tras otra? De nada, pero es la mejor manera de gastarse la vida sin que nos enloquezca. La terrible certidumbre de que lodo es precario, caduco, y que al doblar la esquina está la muerte.

Fuera de la magnífica exposición en Suramericana, ahora es posible ver el trabajo de Suárez en un libro que acaba de editar la Universidad Eafit (José Antonio Suárez Londoño, Obra sobre papel, Medellín, 1999. Allí se reproduce al menos una parte de esta minuciosa locura cotidiana de la que vengo hablando. Aunque las reproducciones son muy buenas, sólo hojeando los cuadernos y viendo los dibujos originales se puede captar la hondura del trabajo de este artista, su incansable y puntillosa obsesión artesanal, el contacto casi carnal entre su experiencia de lodos los días y su huella dejada en el papel. Pero las reproducciones, repito, son muy buenas y algo es algo. Qué no daríamos por encontrar un libro donde estuvieran reproducidos los retratos de Apeles? El arte, al fin y al cabo, es una guerra (perdida contra la. disolución y contra el tiempo. Menos mal que la obra de Suárez sigue viva y deslumbrante, por el momento. Carpe diem; hay que atrapar este momento fugaz. Aprovechémoslo.

Tomado de la Revista Cromos No.4248, julio 5 de 1999


La locura dibujada por Héctor Abad Faciolince

José Antonio Suárez Londoño (JASL, tal como él se firma) vive encerrado en su mundo y en su metódica rutina de monje. Nada al amanecer, almuerza al mediodía, se come algo al ocaso. El resto de su tiempo -salvo pocas horas de sueño- está sentado frente a un escritorio, como un obseso, y llena con sus dibujos papelitos de todo tipo. Las llenas de rayas, los llena de colores, los atiborra de letras, los repuja, los recorta, los empata, los pinta (con lápiz, con pincel, con acuarelas, con colores, con tintas), los escribe, los graba, los labra, los arruga, los quema, los cose, los raspa, los acaricia, los moja, los seca, los borra, los tacha, los sella, los guarda, los apelmaza. Casi nunca los vende; a veces los exhibe.
Cuando no raya papelitos, llena libros y cuadernos. Todo lo que lee, lo que oye por radio o ve por televisión, va quedando registrado en su letra diminuta y en la ilustración correspondiente. También dibuja lo que ve, si viaja, si va a un museo o a un cementerio, si ve un árbol, una cara, una hoja, un insecto. JASL piensa con los ojos, todo en él se filtra por la vista, como un maniático del dibujo, como un grafómano en el sentido más amplio de la palabra. Esos papelitos neuróticos e infinitos son su trabajo desde hace decenios: son su diario, su rezo, su memoria, su olvido, su fiesta, su cansancio y su descanso, su única pasión conocida y reconocida, y en resumen: su obra.

No tiene computador ni usa correo electrónico. Para llegar a él debo pasar por su hermano (un gran diseñador gráfico: Miguel Suárez). Quedamos entonces de vernos en uno de sus tres espacios, son Medellín y Dayto-na), una finca en el valle de La Ceja, en el Oriente antioqueño, en tierra fría. En la mitad del valle de La Ceja hay un morro aislado, el Capiro, y lo primero que me dice JASL es que quiere pintar el Capiro desde todos los ángulos y desde todos los lados. Le encanta la forma de ese morro y teme que algún día este hermoso valle sea destrozado también por los urbanistas que especulan con la tierra, y se acaben el verdor y la montaña. Fuera de las fotos, quedarán sus dibujos y el recuerdo: lo demás serán urbanizaciones, ladrillos, casas...
Las noticias de estos meses, sobre el reconocimiento creciente que tiene su obra, tienen que ver con una amplia adquisición de sus dibujos y grabados para el MoMA de Nueva York, además de dos nuevas exposiciones individuales, una en Bogotá que se inaugura hoy, en la galería Deimos, y otra en Cartagena, en enero, con motivo del Festival Internacional de Música que organiza la Fundación Salvi. Para este Festival acaba de hacer los dibujos que se usaron para el cartel oficial: una especie de plana infantil, con ilustraciones de cosas que empiezan por las letras de la palabra música, primero la M, después la U, luego la S, y así sucesivamente. El resultado es un collage maravilloso, una explosión de imágenes sobre un fondo ocre que produce un hondo agrado estético.
La noticia del MoMA es quizá la más importante. Luis Pérez Oramas, curador de arte latinoamericano de este gran museo neoyorkino, quedó trastornado con la locura dibujada de JASL. Obligó a Suárez a salir de su encierro y se lo llevó a Nueva York con una maleta llena de dibujos, grabados y cuadernos. Tuvo reuniones con todos los comités del museo. Le pregunto por su inglés y me cuenta, riéndose: "Yo en inglés parezco una lora mojada; hablo con pedacitos de canciones; pego una frase de los Beatles con otra de los Rollings Stones, U-2, Sex Pistols... Hay días en que soy Shakespeare, y uso could y would y todo eso. Me oigo y no lo creo".
El MoMA resolvió comprar uno de sus libros anuales (el diario dibujado), el del año pasado, 15 dibujos sueltos y toda la colección de grabados, que son más de 200. La junta del MoMA por unanimidad aprobó la compra de todo esto, y se sorprendieron mucho de que no fuera un artista mejor conocido en Estados Unidos. Este es el comienzo para que otros museos norteamericanos se ocupen de su obra. Ahora hay también interés en adquirir su serie sobre Las Metamorfosis de Ovidio, que son tres cuadernos llenos de los dibujos de un narizón antioqueño que se nutrió de la fantasía del narigón romano.
Para el Festival Internacional de Música de Cartagena, que organiza la Fundación Salvi, además del afiche, está completando una serie de pequeños retratos de músicos, desde Bach y Mahler hasta Lou Reed y Patty Smith; junto a estos expondrá también una serie de retratos de escritores (casi en miniatura) pues la exposición también estará abierta durante el Hay Festival, que empieza poco después. Son dos homenajes a los creadores musicales y literarios.
La exposición que se inaugura esta tarde en la galería Deimos, reúne algunos dibujos de los últimos meses que, excepcionalmente, están para la venta. Una característica curiosa de JASL es que prefiere guardar sus dibujos a venderlos. Quizá porque su trabajo es demasiado íntimo, el fruto diario de las obsesiones de un artista dedicado como ninguno al simple y complejo arte de convertir su vida en pura materia estética. Siempre me ha parecido que su oficio se parece más al de un miniaturista medieval que a cualquier otra cosa. Esta dedicación minuciosa y obsesiva se paga ahora con lo que menos ha buscado Suárez: el reconocimiento y el éxito. Incluso con el precio cada vez mayor de sus dibujos. Es una paradoja, pero así es la vida.
Tomado del periódico El Espectador, 20 de noviembre de 2009.


CRONOLOGIA DEL ARTISTA

Education
1978-1984
Diplom and Postgraduate Degree, Ecole Supérieure d’Art Visuel, Geneva, Switzerland

1974-1977
Biology, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia

Selected Shows 
2016
ARCOmadrid, Casas Riegner, Madrid, Spain

2015
Todo sobre la mesa, Casas Riegner, Bogotá, Colombia
“Why Abstract Art?” (¿Por qué el arte abstracto?), Casas Riegner, Bogotá, Colombia
Muestrario, Museo de Arte Moderno de Medellín, Medellín, Colombia
Muestrario,CAPC musée d’art contemporain de Bordeaux, Bordeaux, France
Muestrario, La Casa Encendida, Madrid, Spain
FIAC, Casas Riegner, Paris, France
Frieze Art Fair, Casas Riegner, London, UK
ARCOmadrid, Casas Riegner, Madrid, Spain

2014
Art|Basel|Miami Beach, Casas Riegner, Miami Beach, USA
Superficies de colección, Galería de la Oficina, Medellín, Colombia
Tiempo Complementario, Galería de la Oficina, Medellín, Colombia
SP-Arte, Casas Riegner, São Paulo, Brazil

2013
Art|Basel|Miami Beach, Casas Riegner, Miami Beach, USA
Saber Desconocer, 43 Salón (Inter)Nacional de Artistas, Medellín, Colombia
Il Palazzo Enciclopedico, 55th Venice Biennial, Venice, Italy
Música, Casas Riegner, Bogotá, Colombia

2012
Tracing Time, Josée Bienvenue Gallery, New York, USA
Empatía, Beatriz González, Casas Riegner, Bogotá, Colombia
ARS Bienale, Galería de la oficina, Medellín, Colombia
The Yearbooks, Drawing Center, New York, USA
El Camino más largo comienza con una simple línea, Galería Continua, San Gimignano, Italy

2011
Dibujar es escribir  Escribir es dibujar, Casas Riegner, Bogotá, Colombia

2010
Art  Feature | 41|  Basel, Switzerland
The modern Myth: Drawing Mythologies in Modern Times, MoMA, New York, USA
Festival Internacional de Música de Cartagena, MAM Cartagena, Colombia

2009
El grito y la escucha, Bienal do Mercosul, Porto Alegre, Brazil

2008
Hecho a Mano. El oficio en el arte, Casas Riegner, Bogotá, Colombia
41 Salón Nacional  de Artistas, Cali, Colombia

2007
Dibujos, Alonso Garcés Galería, Bogotá, Colombia
Ejercicios con Colección Pizano, Museo de Arte Universidad Nacional, Bogotá, Colombia
Pattern vs Decoration, Hospelt Gallery, San Francisco, New York, USA
MD07, Casa del encuentro, Medellín, Colombia

2004
Trienal de Grabado, San Juan, Puerto Rico

2003
26 Litografías sobre Piedra, Galería Sextante, Bogotá, Colombia

2001
Dibujos y Grabados, Museo de las Américas, Washington, USA

2000
F(r)icciones, visiones del sur, Museo Reina Sofía, Madrid, Spain

1999
Nulla Dies Sine Linea, Sala Suramericana, Medellín, Colombia

1998
24São Paulo Biennial, São Paulo, Brazil

1995
Contemporary Art of the Non-Aligned Countries, The National Museum, Jakarta, Indonesia

1994
Dibujos y Grabados, Galería DER BRÜCKE, Buenos Aires, Argentina

1991
Bienal de Cuenca, Cuenca, Ecuador
Dibujos, Galería Garcés Velásquez, Bogotá, Colombia

1990
XXXIII Salón Nacional, Bogotá, Colombia
Visions de Créche, Galerie Brot und Käse, Ginebra, Switzerland

1988
Bienal de Grabado, San Juan de Puerto Rico
Ex-Libris, Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá, Colombia

1986
XXX Salón Nacional, Museo Nacional, Bogotá, Colombia
Nuevos Nombres, Casa de Moneda, Bogotá, Colombia

1984
Retratos, Galería de la Oficina, Medellín, Colombia

1978
Salón Regional de Artes Visuales, BPP, Medellín, Colombia

1973
Salón de Arte Joven, Museo de Zea, Medellín, Colombia

Awards
Premio vida y obra, Ministerio de Cultura de Colombia
Mention, II Salón Regional de Artes Visuales, Colombia
Declarado Fuera de Concurso, V Salón Arturo Rabinovich, Medellín, Colombia
First Prize, Salón Regional MAMM-BPP, Colombia
Mention, Ex-Libris Exhibition
Mention, XXXIII Salón Nacional de Artistas, Colombia
Selected artist to design the new batch of coins by the Banco de la Républica, Bogotá, Colombia (2012)
Artist in Residency, Tamarind Institute, Alburquerque, NM, USA (2005)
Best Student of the Year, Ecole Supérieure d’Art Visuel, Ginebra, Switzerland (1982)

Collections
Banco de la República, Colombia
Blackburn Print Workshop, New York, USA
Graphische Sammlung Albertina, Vienna, Austria
Museum of Modern Art (MoMA), New York, USA
M.Swiss and Costell, Washington D.C., USA
Ruth and Marvin Sackner, Archive of Concrete and Visual Poetry, Miami, USA
Tamarind Institute, Alburquerque, USA
Tweed Museum of Art, Duluth, USA
Private collections in Brazil, England, France, Germany, USA and Colombia
(Tomado de CasasReigner/http://www.casasriegner.com/artists/suarez-jose-antonio/?postTabs=1)




Obras del artista 



Cuadernos Suizos
Técnica mixta sobre papel
15x21 cm

“Los Cuadernos suizos fueron realizados por el artista durante su estancia en Suiza entre 1978 y 1984, mientras cursaba sus estudios en L´École supérieure d´art visual en Ginebra. Son sus primeros trabajos agrupados en cuadernos y le valieron ser distinguido como el mejor alumno de su promoción”.[1] 









Cuadernos Bolivarianos
Técnica mixta sobre papel
16 x 21 cm

“Los Cuadernos Bolivarianos fueron realizados entre 1985 y 1990, años en los que Suárez Londoño ejerció como profesor de ilustración en la universidad pontificia bolivariana de Medellín. Sus reflexiones sobre enseñanza del dibujo, sus pruebas con distintos materiales, así como ideas tomadas al vuelo conforman estos diarios del artista”.[2]








Cuadernos de viaje
Técnica mixta sobre papel
15 x 21 cm

“Los Cuadernos de viaje no podrían faltar en la obra de Suárez Londoño. Paisajes, escenas encontradas y todo tipo de memorabilia, como las chapitas de entrada al metropolitan Museum de Nueva York, caben en ellos. Los destinos mas habituales: Daytona Beach, donde va frecuentemente desde que era niño, y Nueva York”.[3]












Yoloveí
Técnica mista sobre papel
8 x 21 cm

“En 1991 Suárez Londoño comienza la serie de cuadernos Yoloveí. A finales de 1989 recibe la propuesta de una agencia de publicidad para realizar una serie de dibujos que promocionasen los destinos ofertados por una aerolínea local. La frase “yo la veí” se la oyó a un niño en Nuquí, municipio colombiano del departamento del Chocó, y la asumió como divisa de estas crónicas visuales contra el olvido que realizo drante una década”.[4]







Sellos
Sellos: gomas de borrar grabadas,
Dimensiones varias entre 0,5 y 7 cm (diagonal)
Cuadernos: Impresión de tinta sobre papel, 16,5 x 24 cm

“Suárez Londoño comenzó a fabricar pequeños sellos en gomas de borrar en los años 80 y continúa haciéndolos hasta hoy. Imágenes recurrentes en su obra quedan así fijadas en una suerte de tipos de imprenta que conforman su personal alfabeto. Junto a estos, ex libris hechos para amigos y felicitaciones de Año nuevo conviven en un cajón y se acomodan todos juntos, pero no revueltos, en los cuadernos estampillados”.[5]















Grabados
Aguafuerte y aguatinta sobre papel.
Planchas de cobre de dimensiones varias,
Alrededor de 10 x 10,
Sobre papeles de distintas dimensiones.

“Suárez Londoño conoció en 1974 al artista antioqueño Humberto Pérez, quien lo introdujo en el mundo del grabado. Recibió sus primeras clases con Yomaira Posada y Augusto Rendón y continuó practicando durante su formación en Ginebra. Años después fue invitado por Arte Dos Gráfico en Bogotá y Tamarind Instituto en Albuquerque, Nuevo México, a practicar la litografía en su taller".[6]

















365
Técnica mixta sobre papel
9 x 5 cm

“La serie 365 nace del diálogo entre el escritor Héctor Abad Faciolince y José Antonio Suárez Londoño. El proyecto se inició en 1994 y consistía en que Suárez Londoño realizase un dibujo diario que el escritor acompañaría con sus escritos. La colaboración no llegó a completarse, pero Suárez Londoño continuó dibujando diariamente hasta finalizar la serie”.[7]














[1] MUESTRARIO. José Antonio Suárez Londoño. Página 28
[2] MUESTRARIO. José Antonio Suárez Londoño. Página 32
[3] MUESTRARIO. José Antonio Suárez Londoño. Página 40
[4] MUESTRARIO. José Antonio Suárez Londoño. Página 46
[5] MUESTRARIO. José Antonio Suárez Londoño. Página 58
[6] MUESTRARIO. José Antonio Suárez Londoño. Página 74
[7] MUESTRARIO. José Antonio Suárez Londoño. Página 84



Texto critico

Tras a ver afianzado un conocimiento de la obra de José Antonio la mejor manera de entenderlo es la cita que dio Degas en alguna ocasión “no hay ninguna arte menos espontanea que el mío, inspiración y espontaneidad me son desconocidos; hay que repetir el mismo tema diez, incluso cien veces”, esa consigna resume todo el trabajo de Suarez es un constante e incesante ciclo de búsqueda, de hacer siempre lo mismo, pero siempre distinto, con temas, técnicas que se repiten una y otra vez, pero que a la vez se alimenta continuamente de todo lo que lo rodea, trátese de libros, música, arte o simplemente el paso del día a día.
Cada imagen suya es como una adivinanza, un acertijo extraño, un juego que nos invita a descubrir sus reglas. Por su tamaño, parece que las obras de este Antioqueño nos invitan acercarnos para susurrarnos algo al oído y cuando nos aproximamos descubrimos que son confidencias para los ojos; entonces, sus dimensiones cobran sentido porque nos hacen comprender que estamos frente a las páginas de un diario íntimo.
Suárez Londoño es un dibujante impecable, un obsesivo poeta gráfico, lector del mundo, maestro inagotable en cada trazo. Representa el buen gusto y la belleza de un oficio que hace perdurar las cosas, tan minucioso y orgánico como la naturaleza. 

Cada vez que me tenemos la experiencia de apreciar una obra pensamos en la precisión, en la paciencia de un artista de instantes, de texturas, de tejidos de memoria. En el ritmo sosegado que se opone a la marcha violenta de esta época dispersa.

Alejandra Sánchez y Sebastián Ferraro

 Enlaces de interés




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